Lunes 4 de abril, a las puertas de la Semana Santa, un temporal marítimo deja sin electricidad a la isla de Tabarca. El otrora refugio de piratas berberiscos y hoy única isla habitada de la Comunitat, un enclave turístico que en temporada alta puede acoger a varios miles de turistas, no dispone de fluido eléctrico, un grave problema de por sí, pero que también afecta negativamente a otros servicios básicos para los habitantes de Tabarca como el suministro de agua potable o las comunicaciones telefónicas.
El cable submarino de 20 kilómetros de longitud que enlaza la península con la isla suministrándole electricidad desde hace 25 años sufre una rotura en un punto indeterminado y las condiciones meteorológicas no solo no permiten abordar su reparación con la urgencia que la situación requiere, también dificultan el traslado hasta Tabarca de los técnicos de Iberdrola, la empresa distribuidora. Esta tiene planes de emergencia para estos casos y en todos ellos aparece Krill Generadores como aliada. La firma, con sedes en Alicante, València, Zaragoza y Sevilla, pone de inmediato a disposición de Iberdrola 7 generadores portátiles de 100KVA de potencia cada uno, de los que cuatro, burlando al temporal, son trasladados desde el puerto de Santa Pola hasta la isla en un barco dotado de una grúa capaz de levantar hasta dos toneladas de peso. El problema es que el estado del mar empeora hasta el punto de que la operación marítima no puede completarse.
El tiempo corre y es necesario transportar los tres equipos restantes o uno más grande, de mayor potencia y, en consecuencia, mucho más pesado… pero ni la meteorología ni el reducido calado del puerto de Tabarca lo permiten. La solución llega desde el aire: Iberdrola pide ayuda a la Diputación de Alicante y esta a la Subdelegación del Gobierno, quien alerta al Ejército, movilizando la Unidad Militar de Emergencias un Boeing CH-47 Chinook desde la Base Aérea de Torrejón, en Madrid. La aeronave, un helicóptero bimotor de fabricación norteamericana y capaz de levantar hasta 10 toneladas de peso, vuela hasta el Acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete en Alicante. Esta vez no se trata de recoger a boinas verdes del Mando de Operaciones Especiales, pero no deja de ser una ‘guerra’, contra el tiempo, contra las inclemencias.
Paralelamente, desde la base de Krill Generadores en el polígono de las Atalayas se traslada por carretera hasta Rabasa uno de los grupos electrógenos más robusto y avanzado que existen en el mercado, de nada menos que 325KVA y cuyo peso es de 4.700 kilogramos. El Chinook lo engancha con un cable y emprende el vuelo con rumbo a la isla de Tabarca donde técnicos de Krill e Iberdrola aguardan su llegada. También los sufridos habitantes de la isla.
El aparato, con su característico fuselaje de dos hélices, no tarda en asomar por el horizonte. Afortunadamente el viento hace que sea una mañana despejada, en la que la visibilidad es buena y tanto la maniobra de depositar el generador como el aterrizaje en sí se realizan sin novedad. Los técnicos de Krill e Iberdrola junto a Eiffage Energía inician los trabajos para conectar el generador a la red local de la isla junto a sus hermanos pequeños. En solo unos minutos Tabarca vuelve a tener electricidad, el agua brota por los grifos y los móviles funcionan. Y así será durante un mes gracias a los equipos transportados, pues ese es el tiempo que requerirá la reparación de la compleja avería del cable submarino.